Creo que no hace falta que les subraye el prestigio a nivel internacional de este concurso, a cuya convocatoria han concurrido 4.738 fotógrafos de 129 países distintos y el número de imágenes presentadas han sido 78.801.
Una de las cuestiones que me gustaría destacar es que el 32% de las nominaciones son mujeres, frente al 12% de la pasada edición. Este último dato confirma una realidad imparable, la del reconocimiento de la capacidad y el talento de la mitad de la población y su derecho a competir y ocupar espacios profesionales en igualdad de condiciones.
La mayor destreza de un fotoperiodista es sintetizar la información a través de una imagen. Como sostiene John Moore, el autor de la mejor fotografía del World Press Photo 2019: “tenemos que aceptar que no podemos controlar todo el ciclo vital de una fotografía, pero lo que podemos controlar es la honestidad, tanto de la imagen, como de lo que escribimos para contextualizar esa imagen.”
La realidad que Moore, especializado en fotografía de temática migratoria, inmortaliza en esta imagen es la del llanto desesperado de una niña cuando su madre, que la tenía en brazos, la deja en el suelo para atender a las fuerzas de seguridad de la frontera entre México y Estados Unidos. El autor manifestó con posterioridad la angustia que sintió como padre cuando vio a la cría romper a llorar, así como su alivio al conocer semanas después que ambas seguían juntas.
Se trata, en definitiva, de la profesionalidad para informar sobre un asunto tan dramático y tan de actualidad como es la inmigración y de la capacidad de hacerlo con una sensibilidad que hace que el espectador se traslade al momento y al lugar donde es tomada la instantánea, empatizando y sintiendo el suceso como algo propio.
No menos impactantes son las imágenes que reproducen el resto de los finalistas. Entre otras, la crudeza de las víctimas de los conflictos bélicos en Oriente; la desgarradora infancia de huérfanos que terminan reclutados por grupos yihadistas; el activismo de un grupo de mujeres contra la caza furtiva en Zimbabwe, entre otras.
La imagen es una de las formas más antiguas que el ser humano ha encontrado para comunicarse. En el momento actual, ante la preocupante avalancha de noticias falsas e imágenes manipuladas, es esencial recordar el papel tan importante que juegan los medios de comunicación en su labor formativa, informativa y de denuncia.
Desde hoy hasta el próximo 23 de mayo podrán disfrutar de la muestra, así como de las actividades complementarias con las que hemos querido profundizar en una materia de gran interés como es el periodismo y la imagen.
A su disposición estarán un documental sobre el propio certamen, visitas guiadas y talleres con prestigiosos profesionales del nivel de Emilio Morenatti, Manu Bravo o Gorka Lejarcegi.
Estoy seguro de que, como en años anteriores, la van a disfrutar muchos miles de personas.