Es verdad que el hecho de que entremedias, en esta vertiginosa primavera política, se vayan a celebrar también las elecciones generales, tal vez esté haciendo que el debate sobre los retos de las ciudades no esté recibiendo el foco político y mediático que mereciera.
Por eso me parece muy oportuna la celebración de unas jornadas como esta que hemos tenido el placer de celebrar hoy, fruto de la colaboración del diario El Confidencial, la consultora Redlines y Fundación Cajasol.
Unas jornadas oportunas e interesantes no solo por la presencia de destacados dirigentes y candidatos en las próximas elecciones municipales sino por el hecho de poner el foco en aquellos espacios públicos, las ciudades, sometidas a los principales retos y desafíos de las sociedades modernas.
Desafíos que abarcan los más variados vamos, desde la movilidad al cambio climático, de la contaminación a la sostenibilidad de un turismo no invasivo, desde la vida en los cascos históricos que representan la identidad de los grandes núcleos urbanos a la integración de los servicios en las áreas metropolitanas.
Retos que son todos insoslayables y en su mayoría urgentes y que van a tener que afrontarse con toda probabilidad en un contexto de fragmentación política que exige una capacidad de diálogo que muchas veces se antoja imposible para desesperación de muchos ciudadanos que demandan, con toda su justicia, que sus representantes hagan aquello para lo que los han elegido: mejorar en lo posible la vida de la gente.
Y, además, a todos estos desafíos hay que añadir los que están vinculados a la comunicación.
A la comunicación política, desde luego, y para eso participan en estas jornadas reputados especialistas.
Pero también a la comunicación en sentido amplio, es decir, a la que relaciona a los representantes políticos con los ciudadanos, que a diferencia de lo que ocurría hasta hace bien poco, tienen a su disposición canales de comunicación a través de las redes sociales en los que no siempre discurre una conversación cabal y fructífera, como lo demuestran fenómenos cada vez más preocupantes como las fake news o la excesiva crispación observable en algunas redes como Twitter, crispación muchas veces impulsada por perfiles creados únicamente para generar tensión en el diálogo público.
En definitiva, creo que son motivos más que suficientes para justificar la conveniencia de espacios de encuentro y reflexión como el que estamos inaugurando en estos momentos.
Una de las preocupaciones de Fundación Cajasol es que nuestra actividad discurra en paralelo a las grandes corrientes de reflexión que destacan en la sociedad actual. Sin duda que estas jornadas Trending City se enmarcan en esas grandes preocupaciones hoy día.
Confío en que hayan tenido una jornada fructífera y que haya resultado del interés de todos los asistentes.