Cuatro ediciones de un premio que atesora ya el prestigio de sus homenajeados, personas e instituciones que trabajan y son símbolos indiscutibles de este hermanamiento entre los hispanohablantes que hay que seguir alimentando en todos los ámbitos, desde lo cultural a lo económico para el progreso de nuestros pueblos. Esa es nuestra intención con esta iniciativa y con otras que estamos liderando en el mismo sentido.
Estrenamos este Premio Iberoamericano Torre del Oro homenajeando en su primera edición a Enrique Iglesias, expresidente del BID, y hoy avanzamos un gran paso en este camino otorgando la distinción a la institución que representa el nexo más potente y rico que tenemos con Hispanoamérica: nuestra lengua común. Un idioma que nos enlaza culturalmente para siempre y un vínculo que hoy honramos desde aquí entregando el IV Premio Iberoamericano Torre del Oro a la RAE, recogido por su director, el catedrático cordobés, Santiago Muñoz Machado.
Ha sido un placer volver a ver a Santiago Muñoz Machado de nuevo en nuestra casa. Siempre es un gran honor para la Fundación Cajasol reconocer e impulsar la labor de la Academia, institución con la que mantenemos una estrecha colaboración para fomentar conjuntamente la cultura y las letras en español.
Es nuestra modesta manera de contribuir a preservar este legado que es patrimonio de todos, una lengua que es española y también por supuesto americana desde hace más de 500 años.
Desde la Fundación llevamos años promoviendo la conexión americana de Sevilla y de Andalucía, colaborando con la Cámara de Comercio en el proceso de internacionalización de las empresas sevillanas, para aprovechar el sinfín de expectativas que pueden y deben abrirse al otro lado del Atlántico, o con otras iniciativas como nuestra colaboración con la Fundación Nao Victoria. Sin olvidar el gran proyecto de futuro de las Atarazanas, que gestionará la Fundación Cajasol, que está llamado a ser el principal centro privado de investigación y promoción de los vínculos entre España y América.
Siempre procuramos dar respaldo a toda iniciativa que busque tender puentes y promover el entendimiento y el diálogo entre personas, territorios e instituciones, una misión que nos ocupa desde nuestros orígenes y que, en el actual contexto que vivimos, se ha vuelto imprescindible. Y mucho más si estos caminos de cooperación que ayudamos a ensanchar se trazan entre pueblos culturalmente afines, como es el caso que nos ocupa.
No quiero finalizar estas líneas sin antes reiterar, para finalizar, el espíritu de estos galardones, que no es otro que el de la búsqueda de nuevos espacios comunes en el campo de la cultura, de la economía o de la ciencia. Algo en lo que sin duda desde la Fundación Cajasol trabajamos a diario.