Estamos hablando, como es conocido, de una formación de excelencia como es marca de la UPO y de un foro de debate y reflexión en múltiples campos del conocimiento, una doble faceta con la que estamos firmemente comprometidos también en nuestra entidad porque son los mejores instrumentos y caminos para afrontar todos los cambios que vivimos en estos tiempos.
El menú académico de este año en Carmona, como veremos en detalle a continuación, es muy variado y responde a las inquietudes de la época que vivimos en el plano social, político, económico y cultural. Cultura, ciencia o innovación abordados siempre desde puntos de vista y enfoques novedosos y contenidos actualizados que son ya un sello propio de los cursos estivales de la Olavide.
Como saben, no es el único proyecto en el que colaboramos de la mano de la Universidad Pablo de Olavide, una alianza entre la iniciativa privada y la pública que nos sirve de ejemplo para ilustrar una idea en la que vengo insistiendo desde hace años.
Me refiero a la necesidad de sumar esfuerzos y reforzar los lazos de colaboración entre entidades e instituciones que comparten objetivos, compromisos y señas de identidad. Todos promovemos el diálogo, la cultura, la formación, el conocimiento y el desarrollo sostenible de nuestra tierra, pero lo hacemos mucho mejor, de forma más efectiva y con mayor alcance, cuando abrimos nuevas vías de cooperación y entendimiento.
Aprovecho estas líneas para reiterar las gracias a la UPO y felicitar a la Universidad por esta nueva y brillante entrega de sus cursos de verano que estamos seguros que volverán a cosechar un gran éxito.