Es, de verdad, una gran satisfacción haberlos tenido en nuestra Casa, por lo que son y por lo que representan. Yo no soy jurista, pero tengo absolutamente claro lo que el Derecho representa para nuestra sociedad, que podría resumir en dos aspectos elementales pero muy importantes: civilización y convivencia.
Luego están las leyes, los órganos de justicia, las universidades. Pero el Derecho es para mí esencialmente eso: garantía de seguridad y de justicia.
Palabras mayores. Y por eso Fundación Cajasol está muy satisfecha de colaborar con unos galardones tan prestigiosos como los Premios Jurídicos de ABC, por lo demás, un medio de comunicación de gran predicamento entre los profesionales del Derecho.
Naturalmente, de un premio dice mucho la personalidad de los galardonados. Y aunque no me corresponde a mí glosar la figura de Santiago Muñoz Machado, resulta muy evidente que es una persona que concita un unánime reconocimiento no solo en el mundo del Derecho, sino en el conjunto de la sociedad española.
Sí, porque por ejemplo cuando hace apenas unos meses, Santiago accedió a la dirección de la Real Academia Española, no solo se suscitó una gran alegría entre sus compañeros por ver a un jurista al frente de uno de los pilares de nuestra cultura, sino que se suscitó una práctica unanimidad en todos los sectores de la sociedad española.
Santiago Muñoz Machado es, sin duda, uno de los grandes no solo del Derecho, sino de la cultura española, por su aportación a nuestros estudios históricos, su capacidad de reflexión sobre la política y, evidentemente, por su destacadísima aportación a la renovación del Derecho Administrativo.
Por tanto, es un gran orgullo haberlo tenido en Fundación Cajasol junto a los miembros del Jurado que tan justamente han querido distinguir su trayectoria.