De un lado, porque anualmente reúnen en nuestra casa una excelente y nutrida representación del mundo del Derecho, de la abogacía, de la magistratura, de la abogacía, del notariado.
Y de otro lado, porque cada año el jurado, del que es un honor formar parte, elige a una personalidad de excelencia, a un referente indiscutible por su valía, por su trayectoria y por su reconocimiento.
Si el año pasado el galardonado fue el notario Rafael Leña, en esta ocasión nos ha honrado con su presencia Don Francisco Ballester.
No me corresponde, ya lo saben, glosar su figura, aunque permítanme al menos decir que llama la atención que, según ha dicho, no se esperara esta distinción. Pues, querido Paco, lo sorprendente es que este galardón te sorprenda, porque es bien merecido y ha llenado de satisfacción a tus compañeros, discípulos y amigos, que son una legión.
Tu trayectoria en el mundo del Derecho y de la Empresa te ha convertido en un gran referente no solo en el ámbito profesional y académico sino en e conjunto de la sociedad.
Así que enhorabuena, por este premio y por tu larga, intensa y fructífera trayectoria.
No quiero terminar sin mostrar mi satisfacción por la participación de la Fundación Cajasol en estos premios jurídicos de ABC.
Son galardones muy prestigiosos, como corresponde al prestigio con el que cuenta ABC en el mundo del Derecho. Por su rigor y seriedad profesional y por los importantes colaboradores que desde el ámbito del Derecho han enriquecido sus páginas a lo largo de la historia de este periódico.
Y se trata de un premio importante por lo que representan en el ámbito del Derecho y por lo que significan para el conjunto de la sociedad, en la medida que cuidar el Derecho es preservar nuestra convivencia.
Por ello, para mí supone una gran satisfacción que el nombre de Fundación Cajasol esté unido al de ABC en este premio que hoy nos ha reunido aquí.
Muchas gracias a todos.