Es verdad que, en el último año, desde su fallecimiento, se están sucediendo gestos de homenaje como el que ha representado este, pero déjenme decir que todos ellos son más que merecidos y estoy seguro de que para los premiados de esta y sucesivas ediciones, llevar su nombre en un galardón es un motivo añadido de orgullo.
Creo que no me corresponde glosar la figura de cada una de las empresas y entidades galardonadas, pero sí quería hacer una pequeña reflexión de conjunto sobre ellas.
Creo que son una buena representación y muy valiosa del tejido empresarial onubense. Reflejan el esfuerzo, las ganas y la pasión que ponen en su trabajo como creadores de riqueza y de empleo.
Cada uno lo hace a su manera, en el sector donde cree que puede aportar más y mejor y, además, también una visión global nos permite ver la importancia del empresariado no solo como sector económico, sino como parte esencial de nuestra sociedad.
Así es, porque aparte de factores estrictamente económicos, las empresas dan buena medida de las preocupaciones y retos de la sociedad, desde los desafíos medioambientales hasta la apertura de oportunidades para la juventud, desde el esfuerzo por innovar hasta la responsabilidad social corporativa. Y ello, en todos los sectores: agricultura, industria, turismo, servicios o el comercio.
Preocupaciones y desafíos que son transversales, y afectan tanto a grandes empresas consolidadas como a iniciativas que comienzan a abrirse camino de la mano de emprendedores.
Y en ese sentido, creo que es muy importante y positivo que ese esfuerzo se comparta con el conjunto de administraciones, desde los ayuntamientos al gobierno central, las diputaciones o el gobierno autonómico y, por supuesto, las organizaciones representativas del empresariado como la FOE, a la que tanto impulsó en sus comienzos José Luis García Palacios, y la Cámara de Comercio.
En fin, estos premios suponen un reconocimiento. Pero en un doble sentido: reconocemos el esfuerzo y el trabajo, pero a la vez nos reconocemos en los valores que impulsan a nuestras empresas y empresarios, mostrándonos el camino a seguir.
Porque es mucho lo avanzado en los últimos años, pero aun, es más, y también más ilusionante, el camino a seguir.
Para Fundación Cajasol es un gran orgullo participar de estos premios, que suponen un estímulo para el conjunto de la sociedad onubense, en la que se hunden buena parte de nuestras raíces como entidad.
Enhorabuena a los premiados.