Mi enhorabuena en primer lugar para el torero y mis felicitaciones también para el jurado del galardón y para el Hotel Vincci La Rábida de Sevilla, por este premio taurino más que consolidado entre los más prestigiosos de su categoría.
Un compromiso ejemplar con el arte taurino y con su relevante peso en nuestra cultura y en nuestras tradiciones que también mantenemos en la Fundación Cajasol con diferentes proyectos de apoyo al mundo del toro.
Se trata de poner en valor la fiesta taurina, por supuesto, y también de defender, en la medida de nuestros recursos, una parte de la identidad esencial sevillana, genéticamente ligada a una Feria de Abril que no se entiende sin los festejos de la Maestranza.
La historia de este premio es la historia de los triunfadores y las hazañas memorables de estas corridas icónicas, un patrimonio de la tauromaquia y también un patrimonio de Sevilla. Esa es la importancia doble de este premio y de este encuentro.
Mis felicitaciones otra vez para Escribano por enseñarnos, como hizo el Cid Campeador, que las batallas se ganan muchas veces cuando nos han herido y parece que las habíamos perdido.