Un año para guardar en la memoria | Antonio Pulido Gutierrez

Cada verano nos gusta hacer un alto en el camino para celebrar todo lo conseguido el año anterior. Es un acto siempre entrañable para todos porque tenemos la oportunidad de dar las gracias y encontrarnos con el que gran equipo humano que hace posible la labor de la Fundación Cajasol. Pero este año todo es diferente y especial, y también lo fue la gala con la que hicimos balance de 2019 el pasado miércoles 22 de julio.

Todos éramos muy conscientes allí de que estamos en una nueva etapa y que cualquier actividad se va a ver alterada por los efectos de la pandemia. Para empezar, el acto se celebró con la mitad del aforo habitual y con una edición online reforzada de la Memoria.

Pero lo más relevante que sentimos, creo que comparto con muchos esta percepción, es que nada va a volver a ser como antes, y que en 2019 cerramos un ciclo brillante en la trayectoria de nuestra institución. Lo que viene ahora es una nueva fase en la que, como ya hicimos en la anterior crisis y durante la etapa de confinamiento, corregiremos nuestras prioridades para ponernos al servicio de lo que más necesita la sociedad andaluza en estos momentos inciertos.

Nuestra misión más social de auxilio a las familias más necesitadas se verá necesariamente reforzada para hacer frente a la crisis. Pero también es nuestra intención volcarnos y priorizar las actividades de impulso al emprendimiento, a la creación de empresas y a la formación, sin olvidar nuestra aportación a la industria cultural más innovadora.

Nuestra sociedad debe construir una nueva economía, un nuevo modelo más sostenible y tecnológico al que todos debemos contribuir en la medida de nuestros recursos. Es a lo que nos comprometemos en el nuevo escenario y lo nos gustaría destacar de nuestros logros cuando llegue la hora de hacer balance de estos años críticos que tenemos por delante.

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