Hoy hemos celebrado la octava edición de los premios Mi libro preferido que tenemos la alegría de acoger de nuevo y que, como saben, organizamos conjuntamente la Fundación Cajasol y la Fundación José Manuel Lara con el objetivo de contribuir al fomento de la lectura entre las nuevas generaciones.
Después del año excepcional que vivimos en el 2020, tenemos que celebrar para empezar que, poco a poco, se vaya imponiendo la normalidad y que esta gala protagonizada por tantos jóvenes apasionados de los libros se celebre ya en la fecha y el formato habituales, descontando por supuesto las medidas de prevención y seguridad.
Y lo primero, sin más dilaciones, es trasladar nuestras felicitaciones y nuestro agradecimiento no solo a los premiados de esta edición y a sus profesores, procedentes de institutos de toda Andalucía, sino a todos los participantes, que este año han vuelto a batir todos los record de nuestro concurso. Cuando estrenamos esta iniciativa se presentaron 200 textos de un total de 50 centros, pero esta cifra ha ido creciendo cada año hasta alcanzar ya los 1.350 relatos procedentes de 240 centros andaluces, nada menos que una cuarta parte de todos los existentes en la comunidad.
Nos emociona tanto entusiasmo, y también nos impresiona el talento y la calidad de los textos que recibimos.
Para los adolescentes, la lectura debe competir con muchas otras distracciones de nuestra era supertecnológica, pero los jóvenes que han sido premiados en Mi libro preferido saben que es un esfuerzo que bien merece la pena porque es un regalo que se hacen a sí mismos para toda la vida. Y en este tiempo de crisis y de pandemia, un libro puede ser todo un refugio, además de una invitación a descubrir al escritor que muchos de vosotros seguro que lleváis dentro.
Esta es la intención con la que impulsamos este proyecto cada año, despertar la pasión por leer y por escribir, que sin duda les va a acompañar para siempre y va a dar a su educación un nivel de excelencia que no es posible sin la literatura.