En gran medida, lo estamos logrando y ustedes podrán comprobar que no hay cita de importancia en esta ciudad, como en otras muchas de Andalucía, en la que Fundación Cajasol no esté presente.
Y si esto se puede decir de numerosos ámbitos, del medio ambiente a la política, del emprendimiento al deporte, en definitiva, en todo lo que tiene que ver con la cultura en sus múltiples facetas, tenemos a gala que Fundación Cajasol no falla nunca a esa cita, de lo que son testigos los miles y miles de visitantes, procedentes de Andalucía y de otras muchas partes de España y el mundo, que acuden a esta casa atraídos por ese carácter de dinamizador cultural que tiene nuestra Fundación.
En lo que respecta al cine, la misma sala en la que hemos realizado el encuentro es testigo, semana a semana, de proyecciones de películas que engrandecen la vida cultural de esta ciudad con auténticas obras del séptimo arte. Hemos comenzado el año con una serie de películas sobre músicos y cine, acabamos el anterior con una exhibición de cintas sobre pintura, con una joya como Pasión, de Jean-Luc Godard, a la cabeza, por no hablar del cine europeo de entreguerras al que dedicamos también un pequeño ciclo.
Pero sucede que el cine se aúna además otra de nuestras grandes vocaciones, que es el impulso al emprendimiento.
Detrás de estas obras de arte hay una gran industria o, por decirlo en otras palabras, una gran suma de trabajos y de esfuerzos, que se proyectan en múltiples ámbitos.
También de ellos damos buena muestra en Fundación Cajasol con los encuentros sobre los ‘Oficios del Cine’, que reúnen en esta casa a muchísimos profesionales, y muchísima gente joven que aspira a dedicarse al cine en esa impresionante galería de funciones que agrupa a guionistas, directores, productores, cámaras y técnicos en sonido, iluminación, maquinistas, arte, atrezzo, vestuario, maquillaje o montaje.
Todos esos oficios son ventanas a la enorme creatividad, talento y ganas de trabajar de los andaluces y andaluzas, que, además, tienen la suerte de vivir en una tierra que en los últimos años está explotando como un territorio fértil para atraer rodajes de todo el mundo.
Termino, no sin hacer una referencia al cine como espacio de encuentro entre países.
Hoy hemos tenido la extraordinaria suerte de haber contado con algunos de los que han hecho posible las cuatro películas iberoamericanas a los Premios Goya.
Si dibujamos un pequeño triángulo imaginario entre Sevilla, Huelva y Cádiz –tres ciudades, por cierto, con fuerte implantación de la Fundación Cajasol— encerraremos en él la España más americana, la que tuvo y mantiene los vínculos históricos más fuertes y profundos, desde hace ya muchos siglos con la otra orilla del Atlántico.
Haber tenido hoy en la Fundación Cajasol a los artífices de las cuatro películas americanas nominadas a los Goya, que son la punta de iceberg de la extraordinaria fuerza creativa cinematográfica de Latinoamérica es, sin duda, un gran motivo de satisfacción.
Para la Fundación que presido, desde luego, pero también, estoy seguro, para todos los que han abarrotado la sala y para nuestros invitados, a los que hemos dado la más calurosa bienvenida, y muchas gracias.