Celebrábamos una jornada del llamado Espacio Knowmads, que, como probablemente sepáis, es una palabra en la que se combinan dos en inglés: conocimiento + nómadas. Se dice que los “knowmads” son los trabajadores del futuro, gente con capacidad no sólo de recibir y asimilar información, sino de transformarla.
Es verdad que las actividades de la Fundación Cajasol son tan diversas que raro es el día en el que no encuentro un motivo especial de satisfacción. Pero tengo que reconocer que hay ocasiones en la que la realidad supera las expectativas. Ayer, en Huelva, fue uno de esos días.

Celebrábamos una jornada del llamado Espacio Knowmads, que, como probablemente sepáis, es una palabra en la que se combinan dos en inglés: conocimiento + nómadas. Se dice que los “knowmads” son los trabajadores del futuro, gente con capacidad no solo de recibir y asimilar información, sino de transformarla.

La palabra tiene su miga, sí, pero creo que intuitivamente se entiende lo que quiere decir: que el mundo ha cambiado y la economía también. Que todo se mueve y evoluciona cada vez a más velocidad y que la causa de todo ello es que revolución tecnológica y la robótica están transformando radicalmente no solo el mercado laboral sino nuestra propia forma de relacionarnos con nuestro entorno.

Ayer juntamos en el Gran Teatro de Huelva alrededor de medio millar de personas. Muchos de ellos especialistas en innovación, en nuevas formas de emprendimiento, en la búsqueda de nuevas oportunidades profesionales. En definitiva, gente que nos arrojó luz sobre el apasionante camino que los profesionales tienen pode delante. Eso que llamamos futuro.

La gran presencia de público, muy mayoritariamente joven, resultó espectacular. Y fue sin duda un buen síntoma de que la cooperación entre entidades e instituciones (Andalucía Emprende, Ayuntamiento y Diputación de Huelva) da sus frutos si las cosas se hacen bien y con criterio.

Me quedo con una reflexión que me vino ayer a la mente. Resistirse al cambio es un gran error, por supuesto; adaptarse a él, sin embargo, es insuficiente. Hay que liderar ese proceso de cambio.

Estoy convencido de que quienes sean capaces de comprender todo esto, de aprovechar las oportunidades de una economía cada vez más abierta, dinámica, flexible, contarán con una innegable ventaja competitiva.

Todas estas son ideas en las que insistimos mucho en los cursos y másteres que impartimos en el Instituto de Estudios Cajasol, donde nos hemos propuesto justamente la misión de formar a los nuevos directivos y emprendedores del siglo XXI.

Jornadas como la de ayer nos marcan el camino a seguir.

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