Creíamos que el mundo ya era más o menos así antes de la pandemia, pero hoy sabemos que los anteriores ciclos de subidas y bajadas han dado paso a otra dinámica: una suerte de crisis permanente en la que cada vez enfrentamos desafíos más excepcionales y de mayor calado. Todo parece estar en revisión, en transformación profunda, incluidos los valores de una sociedad que esta mutando al ritmo de una revolución tecnológica sin precedentes.
Como bien dice Nacho Cardero en el título de este brillante trabajo, Aquello que dábamos por bueno parece no servir ya en la era digital. Tenemos muchas preguntas sobre lo que está pasando, sobre lo que pasará y sobre la forma en que debemos encarar todo ello. Así que nada mejor que atender lo que tiene que decir al respecto uno de los más destacados periodistas de investigación de nuestro país, director, además, como sabemos, de uno de los medios de comunicación más incisivos del panorama periodístico.
Aprovecho estas líneas para retirar mi agradecimiento a Nacho Cardero por habernos acompañado y felicitarlo por esta afilada crónica biográfica que aporta en su nueva publicación. Como no podía ser de otra manera, también se hace un análisis del papel, vigilante y garante de los valores democráticos, que debe tener la prensa en esta encrucijada. Y todo ello desde el espíritu crítico que caracteriza a este profesional y a su diario digital.
Quiero destacar una receta que propone el director de El Confidencial como brújula de estos tiempos confusos y que también guía los principios de la Fundación Cajasol.
A mayor complejidad y dificultad en la esfera económica o social, mayores niveles de responsabilidad y compromiso debemos exigirnos cada parte de la sociedad. Y ante la incertidumbre y las dudas, mejor volver siempre a los valores que han estado siempre en los pilares de nuestra convivencia y de nuestra democracia.
Una gran oportunidad para reflexionar juntos desde el “escepticismo constructivo” que nos propone Nacho Cardero.