Los temas que nos pone encima de la mesa siempre levantan pasiones encontradas y nos recuerdan que casi siempre tenemos un mínimo de dos Españas, cuando no más todavía. Un ejercicio de búsqueda de espacios comunes que nos sirve a todos para entrenar la tolerancia, el respeto al contrario y la libertad de pensamiento, unas banderas nunca del todo conquistadas en estos tiempos.
En momentos como los que estamos viviendo creo que son más necesarios que nunca los proyectos en favor del entendimiento, la síntesis y la búsqueda de salidas a problemas socioculturales complejos y largamente enquistados.
Para nuestra institución, es una gran satisfacción y todo un compromiso poder promover estos valores a través de iniciativas como las que nos reúne estas mañanas de primavera en Sevilla. Junto a todas nuestras tradiciones más arraigadas, la ciudad también es un referente literario y cultural, como estamos teniendo la oportunidad de corroborar en la sede de la Fundación Cajasol.
Quisiera reiterar en estas líneas mi agradecimiento a los expertos que están dialogando sobre monarquía y república y, especialmente, a los creadores de esta iniciativa enriquecedora en los tiempos convulsos que atravesamos: Jesús Vigorra y Arturo Pérez-Reverte. Muchas gracias de nuevo por vuestro gran trabajo.