Justo antes del verano tuvimos también la oportunidad de acoger un encuentro sobre este asunto y el de hoy ha culminado un ambicioso proceso de participación en el que han tenido voz todos los que tienen algo que decir sobre el ciclo integral del agua, que no son pocos: las administraciones en sus distintos niveles territoriales, las empresas, los consumidores y multitud de entidades vinculadas a esta problemática.
He dicho problemática porque es verdad que la gestión del agua genera muchos problemas y retos, pues es un asunto complejo susceptible de ser abordado desde múltiples perspectivas: desde la económica, por ser un recurso fundamental; la social, en la medida que acceso a un mínimo vital es un auténtico derecho universal y así debe ser regulado; y, por supuesto, la ecologista porque un uso racional del agua es también una exigencia de un elemental compromiso de solidaridad intergeneracional.
El asunto es, en verdad, complejo, pero toda esa complejidad reside en una gran simpleza: el agua es vida. Del agua vino la vida, en torno al agua se han desarrollado los seres humanos desde el principio de los tiempos y de una buena gestión del agua, depende que la vida presente y futura sea mejor.
Quiero felicitar a todos por esa amplia participación, por la búsqueda de consensos que permitan avanzar, por la apuesta por la innovación en aspectos tan elementales como el reciclaje y la depuración.
Como Fundación, nos gusta estar presente y colaborar en los aspectos más importantes de la sociedad a la que nos debemos y quiero que tengan la garantía de que en la Fundación Cajasol tienen y tendrán siempre una institución comprometida con la gestión del agua y con el esfuerzo por un mundo mas sostenible y habitable para todos.