Hoy hemos celebrado la presentación de la IX Campaña de Andaluces Compartiendo, un gran proyecto solidario que construimos entre todos y que es tan especial para nuestra Fundación.
Me gustaría compartir con ustedes unas ideas de lo que para mí es más significativo de esta iniciativa de Andaluces Compartiendo que promovemos junto a Landaluz desde hace ya casi una década, y a la que se sumó la Fundación La Caixa.
En primer lugar, creo que hay que celebrar con empresarios y entidades colaboradoras el camino andado y el esfuerzo extra que estamos haciendo desde que estalló la pandemia para llevar alimentos básicos y dar sostén de distinto tipo a los sectores que más lo necesitan.
Andaluces Compartiendo quiere seguir sumando y continuar ampliando fronteras. Por ese motivo hemos contado en el acto de hoy en la Fundación Cajasol con personalidades, empresarios, representantes de la sociedad andaluza, para que esta ola solidaria siga creciendo cada año y dando cobertura cada vez a más personas.
Por eso incorporamos este año como novedad las figuras de los embajadores y padrinos de la iniciativa, padrinos de excepción: Cayetano Martínez de Irujo y Belinda Washintong, a quienes quiero agradecer muy sinceramente su implicación y su presencia hoy en la Fundación Cajasol, así como a los Embajadores que se suman a este gran desafío y que también nos han acompañado en esta gala.
Uno puede estar muy orgulloso y satisfecho de su trabajo cuando hace balance y sabe que ha beneficiado a tanta gente que lo está pasando mal. Desde que empezó el programa, como comentó durante el acto la presentadora, hemos repartido nada menos que cuatro millones de kilos de alimentos entre más de 30.000 familias.
Y lo hemos hecho gracias al trabajo y la dedicación de las personas que nos han acompañado esta tarde.
Andaluces Compartiendo es mucho más que una cadena de favores, pues ha ido ampliando su proyección, poniendo en marcha numerosos proyectos e iniciativas en paralelo, educando a los más pequeños en la mejor forma de comer, y contribuyendo a una mayor visibilidad de las mujeres en el mundo gastronómico, ayudando a la integración social y profesional de las personas en riesgo de exclusión, entre otras.
También hemos creado, como consecuencia de nuestro impulso inicial y sin pretenderlo, un modelo propio de Responsabilidad Social Corporativa de las empresas andaluzas más implicadas con su entorno que está sirviendo de referente para otros sectores distintos del alimentario.
Para concluir estas líneas creo que podemos afirmar que, desde la sociedad civil y el sector privado, hemos levantado una auténtica plataforma solidaria, una alianza por la solidaridad con los segmentos sociales más perjudicados por las distintas crisis que han azotado nuestra tierra.
Y esta red solidaria de empresas donantes, colaboradores, voluntarios y embajadores tiene que ampliarse para que podamos multiplicar la ayuda, así que hago desde aquí un llamamiento para que cada vez seamos más Andaluces Compartiendo.