Fusión estratégica de CaixaBank y Bankia en tiempos convulsos

Si la actual crisis aprieta en línea con las previsiones más pesimistas, más nos vale que el sistema financiero se fortalezca lo antes posible para resistir el golpe. No es de extrañar por tanto la anunciada fusión de Caixabank y Bankia y otros movimientos que podrían producirse en breve en el mapa bancario español.

Fue una de las lecciones más duras que tuvimos que aprender de la anterior crisis, así que es buena señal que el sector tome nota ahora y comience a buscar una mayor dimensión en los primeros compases de la anunciada recesión. En un contexto complejo e incierto, la mejor carta para empresas y entidades financieras es sin duda la capacidad de adaptación y anticipación a los profundos cambios que están fraguándose ya. Lo decimos por experiencia.

En el caso de Cajasol, creo que pasamos aquel durísimo examen de la crisis de 2008 con buena nota gracias a nuestra decidida apuesta por el mayor proceso de concentración bancaria que ha vivido nuestro país. Gracias a los cuatro procesos de fusión que protagonizamos para ganar dimensión y solvencia, la Fundación Cajasol mantiene hoy una obra social y cultural privada de importantísima relevancia en Andalucía y el compromiso socieconómico con el territorio que nos dejaron como legado las antiguas cajas de ahorros.

Y tuvimos la satisfacción de marcar varios hitos en aquella carrera. Ya en 2007, antes de estallar la crisis, nos anticipamos a los movimientos del sector llevando a buen puerto una primera fusión, la de las dos cajas sevillanas, una operación que acumulaba décadas de intentos fallidos. Poco después, seguimos avanzando y volvimos a ser pioneros al abordar la primera fusión interregional con la absorción de Caja Guadalajara. El siguiente paso fue nuestra integración en Banca Cívica,  también fuimos pioneros en salir a bolsa, y, por último, pasamos a formar parte de La Caixa y del grupo que hoy se prepara para liderar el sistema financiero español por tamaño y solvencia.

Hay dos aspectos claves más que avalan el éxito de las operaciones en las que participamos. Los cuatro procesos de fusión se culminaron con un acuerdo laboral previo y sin que hayan supuesto carga alguna para las arcas públicas, ya que los préstamos que recibimos del FROB fueron devueltos en su totalidad con sus correspondientes intereses. Esperemos que la actual oleada de fusiones y la propia crisis que atravesamos se salden con un balance igualmente positivo.

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