Para nosotros siempre es una satisfacción servir de plataforma de debate, de punto de encuentro de la sociedad civil donde podamos dialogar de una forma abierta y plural sobre la complejidad de nuestro mundo y los grandes desafíos que enfrentamos en estos momentos.
Impulsamos varios foros de este tipo y acogemos, con mucho gusto, otros organizados por diferentes entidades e instituciones, como es el caso del encuentro que nos ha reunido hoy y otros eventos convocados por esta agrupación de despachos de abogados de Sevilla.
Y si nuestro invitado tiene la talla de Felipe González, uno de nuestros políticos más influyentes, es evidente que hoy nos tocaba hablar de política y de todas sus variables: de la situación institucional y económica, de los grandes retos del país y del papel de España en la esfera internacional.
La política no vive su mejor momento en cuanto a prestigio y reconocimiento, según todas las encuestas, un asunto que precisamente vamos a abordar en la Fundación de forma monográfica el próximo lunes en nuestro ciclo de Letras en Sevilla. Cuando la política se ve más como un problema que como una solución, creo que ha llegado el momento de pararnos y hacer una reflexión colectiva sobre cómo podemos volver al cauce correcto. Al concepto de política con mayúsculas, basado en servicio público, consensos estratégicos y bien común por encima de los intereses partidistas.
Nadie mejor que nuestro invitado de hoy, protagonista de una etapa política ejemplar en nuestro país, para abordar estas cuestiones fundamentales y de tanto impacto en la buena salud de nuestra democracia y nuestra convivencia.