Es verdad que todas las ediciones de este festival son especiales, porque nos convocan a una cita anual de absoluta referencia en el panorama cultural, turístico y social de nuestra ciudad. Pero este año es si cabe aún más especial, porque este Festival de las Naciones cumple nada menos que su primer cuarto de siglo.
Han pasado 25 años desde que un grupo de emprendedores tuvo la idea de poner en marcha este Festival. Y con él, querían de alguna manera tomar modestamente el testigo y dar continuidad a todas esas sensaciones y emociones que habíamos vivido durante la Expo de 1992, que se había clausurado precisamente un año antes.
Y acertaron. Porque Sevilla y los sevillanos tenían ganas de mantener vivo ese espíritu, esa magia. Ese ambiente de hermanamiento, de diversión y de intercambio que representó la Exposición Universal.
Ya desde sus primeros pasos, la iniciativa fue extraordinariamente bien recibida por el público. Pero seguramente no podíamos imaginar que este espacio de encuentro, de cultura, de arte, de gastronomía, de convivencia, iba a seguir cosechando un éxito continuado a lo largo de nada menos que 25 años.
Y eso ha sido posible por una excelente combinación de emprendimiento, de iniciativa, de imaginación, de optimismo, de entusiasmo, por la que hay que felicitar sin duda a todo el equipo que lo ha hecho posible durante este tiempo, naturalmente con Joaquín Castillo a la cabeza.
Para la Fundación Cajasol es, sin duda, un motivo de orgullo y un placer poder colaborar un año más en hacer posible este Festival de las Naciones. Y lo hacemos convencidos de los valores que representa esta iniciativa, y que tan bien conjugan con el trabajo que hacemos y los objetivos que nos motivan en nuestro día a día en la Fundación.
El valor, como les decía, del emprendimiento.
El valor del diálogo, el conocimiento y la convivencia entre diferentes.
El valor de la solidaridad y la integración, con la celebración de diferentes acciones sociales que tienen su broche de oro en esos Premios que año a año nos invitan a aprender y tomar ejemplo de los mejores.
El valor de la cultura, el arte, la música, y la importancia de ponerla más cerca y accesible a todos los públicos. Más de un centenar de artistas van a pasar por el Prado de San Sebastián hasta el 4 de noviembre.
El valor, sin duda, de la creación de riqueza y de empleo. Este Festival representa cada año cientos de puestos de trabajo directos e indirectos y da actividad a muchísimas empresas, la inmensa mayoría de ellas sevillanas.
Y un valor intangible, pero que forma parte también de la forma de ser de esta ciudad y de Andalucía, como es hacer valer toda una historia y una tradición como una tierra abierta y de acogida.
Y todos estos ingredientes, marinados por supuesto con la mejor gastronomía. Un ejemplo de cultura con mayúsculas que cada año trae al Prado de San Sebastián sabores y aromas de todo el mundo. Todo un viaje sensorial alrededor del mundo que tiene este año a Argentina como país protagonista.
En las próximas semanas queremos invitar por tanto a los sevillanos y a todos los que pasan por nuestra ciudad a disfrutar. A aprender. A probar cosas nuevas. A hacer nuevos amigos. A bailar y cantar junto a los mejores artistas del momento. Y en definitiva a estrenar el otoño de la manera en la que mejor sabemos hacerlo, que es en la calle y en compañía.