Cada año celebramos y ponemos en valor las grandes tradiciones de nuestra tierra de manera diferente y según marcan los tiempos. No solo por las innovaciones y novedades que nos esforzamos por introducir cada primavera, sino también porque tenemos que reinventarnos y adaptarnos a cada momento y sus exigencias, siguiendo fielmente nuestro compromiso fundacional de servir a la sociedad sevillana y andaluza según sus necesidades.
Los dos años en blanco que hemos vivido a causa de la pandemia han determinado sin duda esta programación, por las limitaciones de seguridad y también por el enfoque que correspondía cada año. El pasado ejercicio 2021, como recordarán, respondimos a lo excepcional con una muestra también excepcional y recopilatoria de nuestra realidad cofrade.
Pusimos a disposición de la ciudad la totalidad de esta Gran Manzana Cultural de Sevilla que es nuestra sede central por iniciativa del Consejo de Hermandades para mostrar lo esencial y más preciado de nuestra fiesta grande en un espacio seguro que sirviera de alternativa a la carrera oficial y al fervor popular de las calles.
En esta ocasión, ya superadas afortunadamente las mayores amenazas de la pandemia, hemos querido celebrar la gran noticia del regreso de las cofradías a su recorrido urbano con dos propuestas expositivas que sintetizan, en sus dos polos opuestos perfectamente complementarios, la esencia misma de nuestra ciudad y de la propia Semana Santa.
Una combinación de índole alquímica que une la tradición barroca y clásica de Cristóbal Ramos, por un lado, con la vanguardia y la innovación de la época moderna, magistralmente representada por Manolo Cuervo.
Gracias a Manolo Cuervo por su presencia en esta presentación, y gracias sobre todo por su contribución a esta renovadora corriente que podemos admirar en esta exposición que resumen su trabajo cofrade y también en el original cartel de este año de nuestra Semana Santa. Felicidades por ambas cosas.
En el otro polo, pero también a la altura de la especial celebración de este año, abrimos una segunda exposición sobre la obra de uno de los autores más destacados de la escultura sevillana del siglo XVIII, un maestro de la imaginería en barro al que le debemos una de las Dolorosas más bellas de nuestra Semana Santa, la Virgen de las Aguas de la Hermandad del Museo.
Con esta muestra del prolífico escultor barroco seguimos profundizando y dando a conocer una figura irrepetible que contribuyó a la gloria de nuestro patrimonio cofrade con un amplísimo conjunto de obras de arte distribuidas por conventos, iglesias y colecciones particulares.
Por suerte, y con toda la prudencia, encaramos una Semana Santa muy diferente, con más ganas que nunca de volver a expresar y disfrutar nuestra devoción y pasión cofrade en todo su esplendor, una Semana Santa que viene a compensar y a recompensar el gran ejercicio de responsabilidad y unidad que demostraron las 70 cofradías de la ciudad y cada uno de los cofrades sevillanos en los dos últimos años.
Esta responsabilidad y esta unidad es precisamente lo que más necesitamos en estos momentos de incertidumbre.
Feliz Cuaresma y que disfruten de estas dos exposiciones con las que brindamos por la vuelta a la celebración plena de una de las señas de identidad más arraigadas de nuestra tierra.