Sin duda, la mirada de alguien que se ha atrevido con roles culturales tan diversos como el de galerista, mecenas, asesor de proyectos, gestor o comisariado, es una mirada enriquecida y enriquecedora a la vez.
Para la Fundación Cajasol es un orgullo acoger, desde hoy hasta el próximo 14 de abril, esta exposición. Vuelve a Sevilla el talento del hombre que, allá por los años 80, consiguiera revolucionar el panorama cultural de la ciudad.
Son ya más de tres décadas las que avalan una trayectoria profesional que, en un recurrente ir y venir entre ciudades, no ha parado de impulsar proyectos y de afianzar el contacto con artistas de diversas nacionalidades y culturas.
Dos Clausuras es fruto de la casualidad y del Perú. Me explico. Es allí donde Pepe Cobo lleva desarrollando su actividad desde hace algunos años y donde, tras observar de manera imprevista las decoraciones textiles que reproducen elementos iconográficos de flores y pájaros, atisba analogías con el bordado de los mantones de Manila de su madre.
Y es que, esa similitud que Cobo afirma encontrar entre la ciudad de Lima y Sevilla, va más allá de la idiosincrasia o el carácter de sus pueblos. Hunde sus raíces en las tradiciones y el mestizaje.
La curiosidad del autor le lleva a investigar y a descubrir que existió una ruta de comercio creada por Felipe II que pasaba por Acapulco y Veracruz y llegaba a Sevilla.
El resultado de esta inmersión histórico cultural, y con un marcado componente social, es esta muestra que, bajo un mismo hilo conductor, la actividad de bordar, contrapone dos espacios de clausura distintos: el de las monjas de clausura del Convento de San Leandro de Sevilla y el de las reclusas privadas de libertad en el Penal de Chorrillos en Lima.
Para nosotros es un placer poder colaborar con iniciativas como estas, en las que lo social se convierte en eje vertebrador de todo lo que aquí podemos ver.