Una muestra que sirve de antesala a la Cuaresma, tal y como ya he adelantado esta misma mañana en la presentación de nuestro programa de actividades “Tramos de Cuaresma”, y que pone de relieve una de las caras más valiosas de nuestra Semana Santa, la que tiene que ver con la conservación y protección de nuestro patrimonio artístico y cultural. Como saben, la Fundación Cajasol mantiene un especial compromiso con esta labor impagable que desarrollan las hermandades y que hoy podemos admirar gracias a la obra de arte que nos trae la Archicofradía del Amor. Además de un fiel compromiso con las tradiciones y la fe y devoción popular.
Se trata de una joya del bordado sevillano que se estrenó hace ya 66 años y que ahora recupera todo su esplendor gracias al taller del bordador y restaurador Manuel Solano, que nos ha acompañado en el acto de inauguración. Muchas gracias y felicidades por la maestría que se ha demostrado en este proyecto. El trabajo se ha realizado bajo la supervisión y el asesoramiento del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
Esta exposición que acogemos en nuestra sede representa también un escaparate de lujo de nuestra Semana Grande, un anticipo de una nueva primavera cofrade que ya tenemos a la vuelta de la esquina y que como cada año disfrutaremos de forma muy especial, con fe y absoluta admiración.
Una cita, en definitiva, que nos permite dar testimonio, una vez más, de la misión de la Fundación, que no es otra que la de promover la cultura y las tradiciones de nuestra tierra.
No me queda más que invitarles a disfrutar de la muestra que estará abierta al publico hasta el 18 de febrero, pues después deben empezar todos los preparativos para que disfrutemos de esta joya por las calles de Sevilla durante nuestra semana grande.