Estamos siempre encantados de colaborar con foros como este, que nos dan la oportunidad de analizar y reflexionar sobre los grandes retos de nuestra economía y sobre la realidad de los principales sectores productivos de nuestro país.
Y más aún cuando hablamos de un sector absolutamente estratégico como es el turismo y en concreto la industria del golf, con todo lo que supone en términos turísticos, deportivos y de creación de empleo y riqueza.
Son muchos los encuentros que hemos acogido en los últimos años en la Fundación Cajasol para discutir sobre los desafíos y las oportunidades que afronta el sector turístico en España y en Andalucía.
Y casi siempre se ponen sobre la mesa varias ideas y reflexiones que tienen mucho que ver con el tema de debate que nos ha reunido hoy.
Una es la necesidad de apostar la máxima calidad en nuestra oferta turística, para que la marca España y la marca Andalucía, dentro y fuera de nuestras fronteras tengan el sello de la excelencia.
Otra es la importancia de diversificar nuestra oferta y encontrar fórmulas que atraigan a nuevos perfiles de visitantes, más allá del tradicional turismo de sol y playa.
No me entiendan mal: es un segmento absolutamente clave y hay que continuar explotándolo y mejorándolo. Pero al mismo tiempo, hay sectores con mucho espacio aún por explorar, y uno de ellos es sin lugar a dudas el turismo ligado al deporte.
Tercer concepto recurrente: el de la necesidad de romper con el patrón de estacionalidad que todavía marca, lamentablemente, nuestro turismo.
Pues bien, son tres retos a los que el sector del golf está sabiendo dar respuesta y por eso es tan interesante que lo hayamos analizado hoy en esta jornada.
El turismo ligado al golf representa un turismo de la enorme calidad, que atrae a visitantes de todo el mundo con un gasto medio que triplica al del turista convencional.
Es un turismo atraído por nuestro clima, nuestro entorno natural y por las magníficas instalaciones deportivas y de ocio que ofrecemos. No en vano España es el primer país de referencia para los golfistas europeos, y más de medio millón de golfistas internacionales y nacionales acuden cada temporada a Andalucía para practicar este deporte.
Y es un turismo también que viene durante todo el año, en especial en primavera y otoño, y que por lo tanto no se limita a los meses de verano.
Tres elementos que explican el enorme potencial y capacidad de crecimiento que tiene el sector del golf en nuestro país. Que justifican la necesidad de contar con una asociación empresarial fuerte, como la que preside Claudia Hernández. Y que señalan también lo oportuno de celebrar este encuentro que hemos celebrado.