También teníamos grandes retos en 1992 y en los años previos, cuando la Exposición Universal nos facilitó el revulsivo que necesitaba nuestra tierra para transformar sus infraestructuras y su sociedad y dar un salto en modernización sin precedentes. Un evento de aquellas características fue capaz de liquidar muchas brechas y de promover semejantes cambios porque movilizó recursos extraordinarios, no solo materiales, una oportunidad histórica que ahora puede volver a repetirse si sabemos darle la vuelta a esta crisis.
Nunca he creído en recetas mágicas, pero hay ecuaciones que ya nos funcionaron en el pasado y que convendría repetir.
Para ello, habrá que fomentar nuestra capacidad de innovación y una nueva etapa de diálogo, cooperación y alianzas entre entidades e instituciones que siempre da resultados y multiplica los recursos y los esfuerzos. Se trata de una apuesta que es históricamente una de las señas de identidad de la Fundación Cajasol a la hora de materializar nuestro compromiso con el desarrollo socieconómico andaluz.
La trayectoria de las últimas tres décadas, sobre la que hemos reflexionado hoy, avala este nuevo examen que debe superar Andalucía. Y lo hará, estoy convencido, desplegando los potenciales que atesoramos en el nuevo modelo digital y sostenible y haciendo valer el papel que nos hemos ganado a pulso en España y en el mundo.
Muchas gracias a los profesionales de El Confidencial por esta iniciativa tan interesante y necesaria, y a todos nuestros invitados, personas y entidades de referencia en la cultura, la sociedad y la economía andaluza que nos han ayudado a debatir sobre los que fuimos, lo que somos y lo que queremos ser en esta nueva era que nos deja la crisis global.