
Un año más, para nuestra institución ha sido un gran honor acoger la entrega de estos Premios Empresarias Andaluzas que reconocen y dan visibilidad a las empresarias y emprendedoras de nuestra tierra. Pero este ejercicio no es uno cualquiera, como lamentablemente estamos comprobando, sino que viene marcado por una crisis excepcional derivada de la pandemia que ha trastocado todos los aspectos de nuestra vida y ha perjudicado gravemente al conjunto de la economía, especialmente a las pymes del comercio, la hostelería, el turismo o los servicios en general.
Son estos segmentos más vulnerables donde se concentran en mayor medida los negocios pilotados por mujeres. Por eso me gustaría que sirvieran estas palabras para trasladar un mensaje de aliento al conjunto del empresariado andaluz, y singularmente, a las emprendedoras de nuestra tierra, que deben hacer frente a una de las mayores recesiones de nuestra historia. De su resistencia y competitividad depende que nuestra economía salga de este desafío histórico con el menor coste posible en términos de empleo y riqueza.
Estos mismos premios, que distinguen a empresas y empresarias sobresalientes y exitosas que han superada las muchas barreras que todavía existen para el emprendimiento en igualdad, son también la mejor prueba de la fortaleza y la capacidad de adaptación y de innovación de nuestro tejido empresarial, unos atributos que serán la mejor vacuna en la nueva economía que dejará el virus.
Como es conocido, en los últimos años hemos redoblado los esfuerzos y recursos que la Fundación Cajasol destina a impulsar la formación y la ayuda al emprendimiento, un compromiso y vocación que en el actual marco todavía reforzaremos más para contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, al proceso de reactivación económica en el que estamos inmersos y que exige lo mejor de todos.
Cada una de las instituciones que trabajamos por el desarrollo socioeconómico de nuestra tierra tenemos ahora una responsabilidad adicional porque hay mucho trabajo por hacer y muchos avances que defender. En nuestro caso, asumimos el reto con la colaboración de entidades como, en este caso, la Federación Andaluza de Mujeres Empresarias (FAME). Su trabajo, y el de su presidenta, es hoy más importante si cabe.
Aunque se ha avanzado mucho en las últimas décadas, las crisis económicas siempre son momentos para estar muy alertas porque pueden verse amenazados derechos y libertades que costaron muchos lustros y el esfuerzo de varias generaciones. Ejemplo de ello es el acceso de la mujer a parcelas antes solo reservadas a los hombres, como es caso de la creación de empresas.
Mis felicitaciones por esta gran labor que viene realizando FAME y felicidades también para las empresarias premiadas.