Digo desafío porque no es tarea fácil presentar en Granada a Gerardo Cuerva, estrechamente vinculado a esta tierra, desde sus responsabilidades en la Cámara de Comercio y como presidente de los empresarios granadinos.
Y lo he hecho con enorme placer, haciendo hincapié en los grandes retos que Gerardo ha pasado a asumir desde su nombramiento hace solo un par de meses como Presidente de la Cepyme y vicepresidente de la CEOE.
Alguna vez le he oído a Gerardo decir que las pymes son pequeñas y medianas empresas, pero que eso no quiere decir que su pensamiento sea pequeño. No debe serlo, desde luego, dado que los retos y desafíos que las pymes tienen por delante no tienen nada ni de medianos, ni de pequeños.
Tampoco su importancia es nada desdeñable. Al contrario, no es posible hablar de la situación de nuestra economía sin contar con las pequeñas y medianas empresas, que constituyen la columna vertebral del tejido productivo en nuestro país.
Gerardo es alguien que conoce de primera mano, o como podría decirse, de la cabeza a los pies, el tejido empresarial en nuestro país, y por eso estoy convencido de que su etapa al frente de la Cepyme, en sustitución de Antonio Garamendi, que le ha puesto el listón muy alto, va a ser una etapa muy fructífera para las pymes españolas, que son las responsables del 80% del empleo que se ha creado en nuestro país en los últimos años.
Si bien he hablado de retos, otra forma complementaria de verlos es decir que son oportunidades, sobre todo en un momento en el que la innovación y las nuevas tecnologías nos han abierto espacios de negocio hasta ahora desconocidos para las pymes.
En efecto, uno de los espacios de oportunidad que se abren tiene que ver con la digitalización, que está suponiendo ya un salto cualitativo de gran importancia para la economía globalizada.
Otro reto, importante, es el de la internacionalización. Los datos que hemos registrado en los últimos años por ejemplo en Andalucía nos están demostrando la creciente capacidad de nuestras empresas por abrirse a los mercados exteriores, algo que es fundamental para dar estabilidad a la economía andaluza y española de cara al futuro, donde ya se atisban, por cierto, algunas incertidumbres.
El acceso a la financiación, la adaptación de la normativa a las especificidades propias de las alrededor de tres millones de pymes que existen en España, las deficiencias que todavía se observan en la formación y cualificación de la mano de obra, son otros de los problemas de nuestras pymes a los que Gerardo ya está haciendo frente.
Pero creo que hay un reto global que sobrevuela a todos estos, y es que las pymes españolas alcancen el status y el reconocimiento que merecen en España, por su contribución al progreso y al empleo en nuestro país.
En fin, mucha tarea la que Gerardo Cuerva tiene por delante, y estoy seguro va a afrontar con el entusiasmo y la capacidad de trabajo que le caracteriza.