Ha sido un placer acoger en la sede de la Fundación Cajasol el I Congreso Concursal y Mercantil Ciudad de Sevilla, organizado por el Colegio de Abogados de Sevilla, a través del Foro Concursal ICAS, y el Colegio de Economistas de Sevilla, un congreso importante por la trascendencia social y económica de los temas que se han debatido.
Siempre es un placer para nuestra institución ser de utilidad para unos profesionales, abogados y economistas, tan relevantes precisamente en esta coyuntura económica, un contexto donde, lamentablemente, el derecho concursal y mercantil vuelve a estar en primera línea de la actualidad como consecuencia de la pandemia.
En el terreno más personal, también es motivo de alegría para mí haber participado en esta última sesión de un foro que, como saben, me toca muy de cerca por mi profesión y formación académica.
Con la reforma de la Ley Concursal encima de la mesa y en la actual situación socioeconómica, el debate de estos dos días no ha sido un encuentro más de estos dos colectivos de profesionales. Se trata de una reforma fundamental y de unos asuntos capitales en estos momentos teniendo en cuenta que todavía no sabemos cuantificar con exactitud el impacto real de la crisis en nuestro tejido productivo en términos de destrucción de empresas.
Afortunadamente, nos encontramos en una coyuntura muy diferente a la que atravesamos el pasado año y recorriendo por fin el camino de reactivación, una etapa de recuperación de la normalidad todavía plagada de incertidumbres y de cuya evolución va a depender el alcance final de esta crisis sin precedentes.
Con este ánimo de optimismo y de cautela quiero terminar estas líneas, agradeciéndoles su labor, la presencia en este congreso y la disposición de abogados y economistas a dar lo mejor de sí mismos en esta difícil situación que estoy seguro que superaremos con el esfuerzo de todos.