Maurici, muchas gracias por haber hecho un hueco en tus obligaciones y aceptar nuestra invitación para estar en el Instituto de Estudios Cajasol.
Maurici Lucena es barcelonés, nacido en 1975, economista de profesión y está al frente de AENA desde el pasado mes de julio.
Pese a su juventud –algo que ya sabemos que se cura con el tiempo–, nuestro invitado de hoy atesora una valiosa experiencia, tanto en el sector público como en el privado.
Hasta que fue designado presidente de AENA, desempeñaba la Dirección de Regulación Prudencial y Public Policy y de Gestión Patrimonial y Prudencial del Banco Sabadell.
Anteriormente, fue CEO de la empresa pública Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España; Director General del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial; Presidente de NEOTEC Capital Riesgo, de la Asociación Europea de Agencias de Innovación, Jefe de la Delegación Española en la Agencia Espacial Europea y Presidente del Consejo de esa misma Agencia, entre otros cargos.
También ha probado las mieles, y seguramente las hieles, de la política y fue portavoz del PSC en el Parlamento de Cataluña entre 2012 y 2015.
Maurici Lucena ha asumido la presidencia de una compañía sólida y bien posicionada, aunque ello no es incompatible, sino todo lo contrario, con el hecho de que tenga por delante algunos retos importantes.
Unos tienen que ver con su actividad regulada, es decir, con el desarrollo de toda la red aeroportuaria, y otros con el resto de líneas de negocio como la comercial, la inmobiliaria y la internacional, ámbito este último en el que a una corporación tan sólida como AENA se le abren, sin duda, importantes oportunidades.
Y luego está lo más difícil que, como dijo un primer ministro inglés en referencia a su propio mandato, son los acontecimientos, es decir, los cambios e imprevistos que condicionan la actividad de una compañía como AENA, desde el Brexit –no olvidemos que el Reino Unido es el principal emisor de viajeros a España–, a las turbulencias geoestratégicas, que a veces resultan positivas y otras no tanto, como lo demuestra la progresiva competencia procedente de países como Turquía o Egipto, que en años anteriores habían sufrido una dura crisis que afectó al turismo y con ello al número de usuarios de aerolíneas y aeropuertos.
No me extiendo más. Maurici, muchas gracias por habernos narrado tu experiencia como gestor y tus proyectos para una compañía española que es, por méritos propios, puntera en el mundo.