Es para nosotros un orgullo tenerlo aquí y aprovecho la ocasión para reiterarle lo que ya sabe: que puede contar con la colaboración de Fundación Cajasol, cuya principal razón de ser es el compromiso con nuestra sociedad.
Permítame también que le desee suerte y acierto en su gestión, que empieza a dar sus primeros pasos.
Esa bienvenida es extensible, por supuesto, a todas las personas que asistieron a este acto y especialmente a la dirección y componentes de CESUR y a los muy notables especialistas que han formado parte de estas jornadas sobre ciberseguridad que ahora se clausuran.
Déjenme añadir simplemente dos pinceladas.
Una tiene que ver con los organizadores de este acto, CESUR, con los que la Fundación Cajasol mantiene desde hace años una fructífera colaboración, en beneficio de las empresas andaluzas y del conjunto de la sociedad. Son múltiples las iniciativas en las que trabajamos juntos y entre ellas destacan jornadas centradas en sectores como el de la industria o el de la ciberseguridad que hemos concluido hoy.
En relación con esta última, he de decirles que lo considero un acierto. Por supuesto, por la talla y trayectoria de los intervinientes, pero también porque la seguridad en la información es un elemento clave para el futuro de nuestra economía.
Insisto en lo de economía porque, aunque muchas veces en los medios de comunicación se centra la atención en los ciberataques a centros clave relacionados con la seguridad nacional, o por supuesto en su posible influencia ilegítima en los procesos electorales, lo cierto es que las amenazas que implica el fenomenal flujo de datos en una sociedad como la nuestra, la sociedad de la información, se extienden globalmente y afectan con forma clara a nuestras empresas.
Soy perfectamente consciente de que todo lo relacionado con la ciberseguridad forma un entramado muy complejo, con muchas implicaciones en ámbitos vinculados a la tecnología, a los procesos, las infraestructuras de Internet y un sinfín de aspectos como los que han sido tratados hoy aquí.
Sin embargo, creo que hay un intangible mucho más elemental y, sin embargo, no por ello menos importante: la concienciación.
En efecto, antes de tomar cualquier medida, por compleja que sea, lo primero es saber que esas medidas de prevención y defensa contra ciberataques son absolutamente necesarias.
Y ello, cada vez más, porque si hace unos años el principal riesgo se centraba en la actividad financiera on line, en la actualidad el incremento de transacciones comerciales a través de Internet ha multiplicado esos riesgos, por no hablar de todos los relativos al uso de datos confidenciales tanto personales como de corporaciones u organismos.
Una concienciación que debe ser de amplio espectro: desde el internauta que descarga una aplicación maliciosa que puede poner en riesgo los datos de su tarjeta de crédito, hasta, por supuesto, las grandes empresas cuyos procesos dependen en buena medida de un flujo seguro de información.
Y para que esa concienciación no quede en un simple temor a estos riesgos, creo fundamental que la formación de los trabajadores y directivos de las empresas esté adecuada a estos nuevos retos que, por su propia naturaleza, están sometidas a constantes procesos de innovación y cambio.
Creo, en fin, que jornadas como esta demuestran que la sociedad andaluza y española están atentas a los desafíos de un mundo globalizado y en constante transformación, en el que la colaboración público-privada –entre instituciones y empresas— es fundamental.
CESUR demuestra una vez más su voluntad de impulsar ese nuevo empresariado avanzado y autoexigente que hoy es más necesario que nunca.
Finalmente, también considero que la presencia en este acto del Presidente de la Junta de Andalucía es una demostración palpable de su compromiso con las empresas andaluzas y los retos que tienen por delante.
En definitiva, con estas palabras creo que se demuestra que cuando expresaba mi satisfacción por la colaboración entre CESUR y Fundación Cajasol, no se trataba solo de cortesía, sino de un profundo convencimiento.