Hoy hemos celebrado en el Instituto de Estudios Cajasol la ceremonia de apertura de Curso que, a la vista de los tiempos que atravesamos, cada año nos pone el listón un poco más alto en cuanto al compromiso que asumimos con nuestros alumnos y con la sociedad andaluza en esta labor de formar a una parte de los profesionales que tendrán que dirigir nuestro futuro.
Necesariamente, tengo que arrancar estas palabras celebrando en primer lugar que el control de la pandemia nos haya permitido retomar con relativa normalidad nuestro tradicional acto de inauguración. Y, por supuesto, reiterando desde estas líneas, en nombre de la Fundación Cajasol y del Instituto de Estudios Cajasol, nuestra más afectuosa bienvenida a los nuevos alumnos que se incorporan a nuestra gran familia en este curso académico 2021-2022.
Es un gran honor y una alta responsabilidad que nos hayan elegido para completar su formación precisamente en este momento convulso donde las transformaciones pendientes y los desafíos son tan colosales que nos van a poner a prueba de examen final a todos más que nunca.
Nos avala la experiencia de más de tres décadas como escuela de negocios de referencia y más de 33.000 graduados y profesionales que han pasado por nuestras aulas. Una trayectoria de éxito y un prestigio que se consolida curso a cursos y que le debemos siempre, y quiero aprovechar para agradecerlo de nuevo, a la excelencia y al compromiso de nuestro claustro de profesores y del equipo directivo y administrativo de esta casa.
También quiero dar las gracias y reconocer el papel fundamental que ejercen las empresas colaboradoras del Sistema de Prácticas del Instituto, que hacen posible que los alumnos culminen su formación realizando unas prácticas que serán claves en su futuro profesional. En este sentido, y como la mejor culminación de nuestra tarea, nos enorgullece contar con un elevadísimo grado de inserción laboral gracias al carácter práctico de nuestra formación, siempre muy enfocados a la realidad de nuestra economía y del mercado de trabajo.
Esta es, en conjunto, la parte que nos toca a nosotros en este camino común que hemos iniciado hoy, pero nuestro trabajo y nuestros frutos de cada año no serían posible sin el talento, la ilusión y el esfuerzo de los alumnos por emprender y ser cada día mejores profesionales. La actual coyuntura, marcada a fuego por la incertidumbre, va a exigir concertar objetivos y grandes dosis de todos estos ingredientes que he mencionado, sobre todo de flexibilidad para reinventarnos y capacidad de adaptación a los cambios.
Es la alianza y la propuesta que os lanzamos a las más de 2.000 personas que vais a pasar por las distintas acciones formativas del Instituto de Estudios Cajasol en el nuevo curso académico. De todas ellas, un total de 152 alumnos cursarán alguno de los másteres que conforman el programa académico de nuestra institución, mientras que el resto lo conforman títulos de experto, cursos monográficos, talleres, seminarios o conferencias.
Toda una batería de actuaciones que recogen las últimas innovaciones tecnológicas y de contenidos y que ponemos al servicio de la sociedad andaluza junto a un programa de ayudas económicas que ofrecemos conjuntamente la Fundación Cajasol y la Fundación La Caixa para facilitar el acceso a nuestra formación a los alumnos con mejor expediente académico y a aquellos con dificultades económicas.
Además de este compromiso con la igualdad de oportunidades, también me gustaría destacar el esfuerzo que venimos haciendo en los últimos años por promover el emprendimiento y la capacidad de innovar desde nuestras aulas y desde la propia Fundación Cajasol.
Creo sinceramente que hay mucho por hacer todavía para destapar todo el talento creativo de nuestra tierra y que éste pueda canalizarse hacia la creación de nuevas empresas y proyectos de alto potencial. Una escuela de negocios como la nuestra, con una trayectoria tan dilatada, está en una posición envidiable para redoblar el impulso de estas vocaciones entre nuestros jóvenes y directivos, sobre todo en este contexto de cambio de modelo productivo donde Andalucía debe hacer valer sus activos más estratégicos, entre ellos sus mejores recursos humanos. Aprovecho así para reforzar el compromiso con el emprendimiento que venimos priorizando en los últimos años.
Nuestro mayor deseo es que cada uno de nuestros alumnos pueda desarrollar su máximo potencial y que nuestra escuela pueda contribuir a ello con todos los recursos que ponemos a su disposición.
No les ha tocado un tiempo fácil, hay que admitirlo, con todo tipo de crisis acechando en el horizonte, pero estoy seguro que van a dar lo mejor de sí mismos y que estarán a la altura de lo que nuestra tierra y nuestra sociedad necesita de sus mejores profesionales.
Hoy comienzan una nueva etapa en su viaje formativo, una etapa que será intensa sin duda y que luego recordarán toda la vida, lo digo por experiencia. Espero que no olviden que, además del entrenamiento, las actitudes y los conocimientos, se llevarán algo todavía más valioso y más útil en la vida: unos compañeros, unos amigos y unos maestros que serán en el futuro auténticas guías y pilares para sus aventuras profesionales y personales.