Nos encontramos ya en el tramo final de un nuevo curso de nuestra escuela de negocios.
Un curso en el que hemos seguido avanzando en una de las principales señas de identidad que definen a la Fundación Cajasol: nuestra apuesta por la formación de excelencia y el impulso del emprendimiento.
En unas horas presentaremos un balance completo del trabajo de la Fundación Cajasol, con la publicación de nuestra Memoria Anual.
Es un momento para hacer recuento y sentirse satisfecho de todo lo que se ha conseguido. Y también para tomar nota de las cosas que podemos mejorar o identificar nuevos campos en los que podemos actuar.
Sin duda que el de la formación y el emprendimiento es un campo en el que vamos a continuar apostando y profundizando.
En este objetivo, estos desayunos del Club de Directivos se han consolidado como una fórmula, no solo de enorme interés, sino también de una evidente utilidad.
Porque nos permite mostrar a los nuevos profesionales una panorámica de la situación actual de los grandes sectores productivos de nuestro país y también de los grandes retos y oportunidades que se adivinan en el horizonte.
Por esta tribuna han pasado empresarios y directivos de grandes compañías del ámbito del turismo, la construcción, los medios de comunicación, las telecomunicaciones, el sector agroalimentario, los seguros o el sector financiero, además de representantes de las principales organizaciones empresariales y de autónomos.
Hoy tenemos la oportunidad de continuar completando ese retrato de la realidad empresarial española acercándonos a un sector absolutamente estratégico para la economía andaluza y española, como es el de las energías renovables.
Estratégico en la creación de empleo, en el desarrollo de una industria verde cada vez más competitiva, y estratégico también indudablemente en la lucha contra el cambio climático y la apuesta por el desarrollo sostenible.
Es verdad que el sector de las renovables ha estado sometido a notables altibajos en el pasado, pero yo estoy convencido de que nos encontramos ante el inicio de un nuevo tiempo en el que empresas como la que dirige Javier Imaz tienen muchísimo que aportar.
Como muchos sabrán, él lo ha explicado con más detalle, se trata de una compañía nacida en 2008 como la división industrial eólica de la multinacional Gonvarri, y que está dedicada en concreto a la construcción de torres marinas.
A lo largo de esta década, ha experimentado una importante expansión y ahora estamos encantados de que haya elegido a Sevilla para la instalación de una de sus plantas, en concreto en los suelos de los antiguos astilleros.
Así que muchas gracias a Javier Imaz por acompañarnos en este encuentro y compartir con todos nosotros profundo tu conocimiento de este sector y también tus reflexiones sobre hacia dónde va a evolucionar en el futuro.