Sólo hay que ver nuestra programación anual para comprobar la atención que nuestra entidad le presta al movimiento general de la religiosidad popular en Sevilla y en Andalucía como seña de identidad, sin duda, pero también como un valioso patrimonio cultural y artístico que tenemos que proteger y divulgar.
Así que de alguna forma, si me permiten la licencia, teniendo en cuenta nuestra vinculación histórica con las hermandades de Sevilla y del resto de provincias donde tenemos presencia, se puede decir que también la Fundación Cajasol pertenece a este gran fenómeno popular que conjuga tan bien la religiosidad, la cultura y las costumbres ancestrales, la convivencia y la solidaridad.
Unos valores que nos distinguen, nos hacen mejores como sociedad y como ciudadanos y que ahora son reconocidos por la Iglesia como máximos referentes con esta gran procesión en Roma de las imágenes del Cachorro y La Esperanza de Málaga. Un hermanamiento creo que necesario de las Semanas Santas de Sevilla y Málaga, las dos más reconocidas y multitudinarias de Andalucía, que van a vivir en mayo un hito conjunto que las corona como banderas internacionales de la fe popular.
Aprovecho estas líneas para reiterar nuestro agradecimiento por participar en este acto y ofrecer públicamente nuestro apoyo a este proyecto tan complejo como ilusionante de trasladar las imágenes hasta Roma y organizar allí una procesión histórica para celebrar el año del Jubileo de la Cofradías.