Esta muestra, que estoy seguro va a resultar muy atractiva por su contenido, inédito y desconocido para la inmensa mayoría, se celebra aprovechando el medio siglo de la llegada del hombre a la Luna.
Pero los orígenes de esta aventura se remontan a mucho más atrás.
Y no me refiero al lanzamiento del Sputnik por parte de la Unión Soviética en la década de los 50 del siglo pasado, ni a las diversas aventuras de los Apolo.
Porque en realidad se trata de algo mucho más antiguo, diría que ancestral, que los seres humanos llevan haciendo desde el principio de los tiempos y es mirar a la bóveda celeste, al espacio, y tratar de descubrir qué es lo que rodea a este planeta, de tamaño casi insignificante, en el que vivimos.
Poco a poco, vamos avanzando en esa tarea y eso es lo que nos muestra esta exposición: los hitos más importantes que la humanidad ha ido cruzando para conocer el espacio exterior. Una carrera espacial que, por otro lado, está mucho más cerca de las cosas cotidianas que nos rodean.
No hablo solo de las innovaciones que han surgido de la investigación espacial, desde los teléfonos móviles, que no funcionarían sin los satélites, hasta el TAC que nos hacemos en un hospital. También hablo del conocimiento de nuestro planeta, de la evolución de los mares que nos muestran los satélites, que también sirven para ayudarnos a luchar contra la contaminación y el cambio climático o la ordenación urbana de nuestras ciudades.
Por tanto, podríamos decir que la investigación aeroespacial nos lleva lejos, pero nos coge mucho más cerca de lo que podemos pensar.
Conocerla mejor y también el papel que ha jugado España en esta apasionante aventura es uno de los propósitos de esta exposición, que estoy seguro va a ser una de las más exitosas de este año en Fundación Cajasol.
Espero que la disfruten.