Con este encuentro, desde la Fundación Cajasol y nuestra escuela de negocios queremos seguir profundizando en el estudio y el debate sobre los grandes retos y oportunidades a los que se enfrenta nuestra agricultura, un sector absolutamente estratégico desde el punto de vista económico, social y de cohesión social en Andalucía.
Saben que a lo largo de los últimos tres años hemos tenido la ocasión de organizar ya varios foros monográficos dedicados a analizar en profundidad la realidad agrícola, en concreto el sector del aceite y la aceituna de mesa y también el algodonero, que volveremos a retomar en el mes de febrero, así como la situación de las cooperativas agroalimentarias.
Les avanzo también que en marzo el asunto protagonista será la Seca los Quercus (encinas y alcornoques) y está previsto también más adelante una jornada dedicada al sector de los cultivos leñosos intensivos, a las que están naturalmente invitados.
Del tema que nos reúne hoy creo que todos conocemos su carácter absolutamente trascendente para el futuro, no solo del sector agrario sino de la sociedad en su conjunto. El cambio climático se ha convertido en una de las grandes amenazas, si no la mayor, a la que nos enfrentamos.
En el caso del sector agrario, nos encontramos con una doble realidad que hace aún más oportuno y necesario un debate como el que hoy nos convoca.
Y es que por un lado la actividad agrícola es una de las grandes causantes del calentamiento global. Y al mismo tiempo es también uno de los ámbitos que se ven más amenazado por sus efectos, como las sequías, las inundaciones o las olas de calor. Y, como sabemos, las regiones del Sur de Europa como Andalucía son especialmente vulnerables a estos fenómenos.
Ante la magnitud del desafío, es necesario trazar una estrategia que sea a la vez ambiciosa, inteligente, integral y también realista. Una estrategia que permita, de una parte, mitigar las consecuencias del cambio climático en el sector agrícola y, de otra revisar, los sistemas de producción y técnicas de cultivo para hacerlos más eficientes y sostenibles desde el punto de vista medioambiental.
Y aquí entran en juego entre otras cosas la innovación y el emprendimiento, dos elementos a los que destinamos cada vez más recursos y esfuerzo en la Fundación Cajasol y el Instituto de Estudios Cajasol.
No perdamos de vista que los ciudadanos son cada vez más exigentes no solo con la calidad de los productos que consumen, sino también con respecto a la manera en que se producen, se comercializan y llegan al mercado. A nivel mundial, los consumidores están basando cada vez más sus decisiones de compra en su percepción del desempeño sostenible de una empresa.
Por tanto, pensemos en hacer las cosas de otra manera no solo por una cuestión medio ambiental, no solo por una cuestión de responsabilidad social, sino también en términos de competitividad, de generación de riqueza y de creación de empleo.
Pienso que se están haciendo esfuerzos y que se están logrando resultados, aunque es cierto que nos encontramos todavía lejos de la meta y de cumplir los objetivos del Acuerdo de París.
En Andalucía se han dado y se están dando pasos importantes en la buena dirección, con iniciativas como la Ley de Cambio Climático que se encuentra actualmente en trámite en el Parlamento, o antes de eso la estrategia contra el cambio climático, con las que Andalucía ha caminado a la vanguardia en la lucha contra el calentamiento global.
No es evidentemente una tarea exclusiva de las administraciones o los poderes públicos, aunque desde luego su papel es fundamental y por eso hoy hemos convocado a representantes de la Comisión Europea, el Gobierno de España y la Junta de Andalucía para que compartan con nosotros sus respectivos enfoques y reflexiones en esta materia.
Pero la realidad es que el compromiso y la participación del sector privado es absolutamente imprescindible, igual que una ciudadanía involucrada, informada y vigilante.
Las empresas agroalimentarias, los grandes y pequeños productores, las organizaciones agrarias, tenéis ante vosotros la responsabilidad, y también una oportunidad sin precedentes de ser un poderoso agente de cambio en la consecución de estos objetivos.
La tarea que tenemos por delante es compleja pero igualmente apasionante. Todos estamos llamados a participar y sin duda la Fundación Cajasol está decidida a poner todos los esfuerzos y recursos a su alcance para conseguirlo. Cuenten con nosotros.