Y más aún cuando el tema a debate es una cuestión con la que, como saben, en la Fundación Cajasol nos sentimos muy comprometidos y muy involucrados, como es el desarrollo sostenible.
Comprometidos no solo con el apoyo a jornadas y eventos como este que hoy nos convoca, sino de manera muy intensa en nuestras actividades y el programa de estudios que desarrollamos en el Instituto de Estudios Cajasol.
Al fin y al cabo, la misión y el propósito de nuestra escuela de negocios es formar a los empresarios y directivos del futuro, y eso pasa necesariamente por profesionales mejor preparados, más competitivos y también más conscientes de la magnitud del reto al que se enfrenta nuestro planeta, y por tanto de la responsabilidad que les toca.
Basta recordar que, solo durante este rato que vamos a compartir, en el mundo se habrán fabricado muchos millones de nuevos coches, teléfonos móviles, latas y envases de todo tipo. La población del mundo sigue creciendo y con ello asistimos a una demanda imparable de recursos naturales, productos y servicios a la que nuestro planeta no va a ser capaz de responder.
El viejo esquema de extraer recursos, fabricar, consumir y tirar es sencillamente insostenible y ese es el reto que afronta la economía circular, que plantea nuevas formas de usar, reutilizar y reciclar los materiales y residuos que generamos. Hablamos, por tanto, de un asunto que sobrepasa por tanto las cuestiones éticas, que son por otra parte de enorme importancia, y se convierte en un asunto de simple supervivencia.
Pero miremos también la otra cara de la moneda: el desarrollo sostenible es también, en términos económicos y sociales, un buen negocio. Un excelente negocio.
Como explican los expertos y los emprendedores que nos han acompañado hoy, y también con la experiencia práctica de una ciudad como Sevilla, de la que nos ha hablado su alcalde, la economía circular encierra importantes ventajas competitivas.
Tiene un gran potencial para la creación de empleo altamente cualificado, es decir, de los empleos del futuro (52.000 empleos en España en el horizonte 2020, según la Unión Europea).
Puede ayudarnos a luchar contra la pobreza y la exclusión en los países menos desarrollados y generar una mayor cohesión social en las economías avanzadas.
Y representa un imponente catalizador de la creatividad y la innovación.
Está en manos de todos nosotros conseguirlo. De las administraciones, de las empresas, de las asociaciones, de los medios de comunicación, y de todos nosotros como consumidores, en los pequeños gestos y las pequeñas decisiones que tomamos cada día.