
Hace casi un mes, nos reuníamos en la sede de Fundación Cajasol en Sevilla para hacer una visita a los voluntarios que estaban realizando su servicio en este proyecto de atención social telefónica, para poner en valor su labor y dedicación durante un periodo lleno de incertidumbres y desconocido para todos. Ellos han sido los encargados de arrojar un poco de luz y tranquilidad a muchas de las personas que diariamente han hecho uso de este servicio.
Ha sido una satisfacción haber clausurado hoy esta iniciativa, cerrando una etapa y poniendo la mirada en un nuevo futuro esperanzador y para el que estoy convencido vamos seguir trabajando de la mano.
En mis últimas intervenciones en los actos que, afortunadamente, ya estamos poniendo en marcha, reitero mi convicción de que para superar las consecuencias económicas y sociales que toda esta crisis sanitaria ha traído consigo, es fundamental trabajar juntos, instituciones públicas y privadas, pues es el momento de los compromisos, los consensos y de unir fuerzas. Y es que, si algo hemos sacado en positivo de esta situación, juntos somos capaces de mucho más.
Para nosotros es un honor haber podido ayudar en estos casi dos meses en los que ha estado activo este servicio de atención social a un total de 3.400 personas, de todas las edades, de todas las provincias andaluzas, pero con un denominador común: la incertidumbre hacia lo desconocido.
Creo que es nuestra labor como Fundación tener una capacidad de adaptación y transformación total. Desde que se decretó el Estado de Alarma, tuvimos que suspender toda nuestra actividad cultural, empresarial, formativa… pero decidimos focalizar todos nuestros recursos, técnicos y humanos, dirigiéndolos hacia una acción social específica que pudiese resolver las necesidades que estaban surgiendo.
Es una realidad que todo lo que hemos vivido no se nos puede olvidar, pues la lucha contra el virus sigue estando muy activa y las medidas de prevención y seguridad tienen que respetarse y cumplirse, pero creo que hoy es día de celebración porque, estoy convencido de que esto es el principio de una nueva etapa.
No quiero terminar sin antes reiterar mi felicitación a los más de 40 voluntarios y voluntarias que han estado detrás de ese teléfono y que, me consta, han podido ayudar a tantas personas, ofreciéndoles atención social y emocional.
Y por supuesto, dar las gracias a la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación y a la Plataforma Andaluza del Voluntariado, que lo han hecho posible.