La Asociación de Fundaciones Andaluzas se ha revelado como un buen instrumento para llevar a la práctica nuestros fines originales, esto es, ayudar a las fundaciones y asociaciones andaluzas en su tarea diaria, contribuyendo a su profesionalización y a una gestión más eficaz y transparente.
De la vitalidad del llamado Tercer Sector en Andalucía lo dice todo el hecho de que nos estemos aproximando al millar de fundaciones y asociaciones integradas en la AFA, que abarcan un muy amplio espectro de sectores de nuestra sociedad.
En el acto de hoy hemos tenido el placer de contar con el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, a quien agradezco desde estas líneas su presencia y le expreso públicamente lo que él conoce: la mejor disposición de la AFA para colaborar mano con mano con el Gobierno de Andalucía en nuestros objetivos comunes.
La Junta de Andalucía siempre encontrará en las fundaciones y asociaciones una interlocución privilegiada para continuar avanzando en beneficio de nuestra tierra.
Suelo decir que encontrar asociaciones y fundaciones que merezcan el reconocimiento es tarea fácil. Lo que es difícil es elegir entre todas ellas y esa es labor y mérito del Jurado, a quien quiero agradecer, en primer lugar, por su tarea y acierto.
Hace ya dos ediciones que decidimos modificar las bases de los premios AFA, estableciendo cuatro categorías. En las cuatro ha habido mucho y bueno donde elegir, atendiendo al grado de cumplimiento de sus fines y su compromiso social, la repercusión y calidad de sus actividades, y su solvencia y eficacia como organizaciones.
En definitiva, al reconocer a estas entidades no hacemos otra cosa que personificar en ellas los valores y principios que inspiran a la AFA, entre ellos, la utilidad pública, la transparencia, el buen gobierno y la profesionalización.
Permítanme unas breves palabras de reconocimiento a las fundaciones cuyo buen hacer se ha premiado hoy y a las que deseo dar, como es natural, la enhorabuena.
En el ámbito de la Cooperación, la Fundación Esperanza es un buen ejemplo de cómo una experiencia vital, la de unos voluntarios en Guatemala hace ya tres lustros, les impulsó a asociarse para prolongar su labor altruista, hacerla más eficaz y sostenible desde la provincia de Cádiz. Su tarea encomiable en la lucha contra la exclusión social y su compromiso con los seis primeros compromisos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible le han hecho merecedoras de este galardón, indisolublemente ligado a los valores de solidaridad e igualdad que encarna la Fundación Esperanza para la Cooperación y Desarrollo.
Unos valores que son igualmente identificables en la cordobesa Fundación Prode, un ejemplo de compromiso social con un segmento de la población, las personas que presentan algún tipo de discapacidad intelectual, que históricamente había padecido una auténtica segregación. Por increíble que parezca, a la sociedad le ha costado mucho entender que se trata de personas con los mismos derechos de los demás, y que merecen ayuda y protección para tener una vida digna y razonablemente feliz, dos aspiraciones básicas de todo ser humano. A esa tarea se dedica la Fundación Prode, que recibe este galardón en su apartado Social coincidiendo con sus 35 años de trabajo.
En nombre de todos, muchas gracias por ese ya largo y fructífero empeño que de alguna manera comparte con la Asociación Provincial de Síndrome de Down de Sevilla, que pronto cumplirá 25 años de existencia. Recibe el premio en su categoría de Cultura y Deporte y déjenme simplemente que nada resume mejor su espíritu que el lema de su carrera benéfica ‘Corriendown’: cada uno a su ritmo, todos llegamos.
Para contribuir a ello y para hacer de la integración un vector transversal de nuestra sociedad, hace falta una implicación también muy amplia. Y en ese sentido, las empresas juegan un papel de primer orden. El compromiso social de Fundación Konecta, galardonada en el apartado Empresarial, Investigación y Medio Ambiente, es un ejemplo claro de ello.
De la solidez y alcance de ese compromiso, lo dice todo el que, a lo largo de su trayectoria, la Fundación Konecta haya invertido más de 10 millones de euros, con más de 91.442 beneficiarios y la integración en el mercado laboral de más de 8.758 personas en riesgo de exclusión, entre los que se encuentran mujeres víctimas de violencia de género, personas víctimas del terrorismo, con discapacidad o mayores de 55 años.
He dejado para el final algo que para mí es algo que, con la mayor consideración a los premiados, da aún mayor relevancia a este acto, y es la concesión a título póstumo del Premio a la Trayectoria a nuestro querido José Luis García Palacios, de cuyo triste fallecimiento se cumplirá pronto un año.
De la polifacética y brillante trayectoria de José Luis yo destacaría los que me parecen los tres rasgos más característico de su persona: su gran corazón —José Luis era ante todo una buena persona–, su amor al trabajo y su capacidad de compromiso.
Con su tierra, como miembro de la Junta Preautonómica que acababa de nacer y con nuestro país, lo que le mereció la Medalla al Mérito Constitucional.
Con el empresariado, como impulsor del asociacionismo empresarial, en el que tuvo un papel relevante como fundador de la Federación Onubense de Empresarios y de Asaja.
Con el medio rural, como empresario ganadero, impulsor del cooperativismo y con su larga y fructífera etapa en la Presidencia de la Caja Rural del Sur.
Y, en realidad, por su compromiso con todos, incluyendo a aquellos que tienen una adversidad en la salud, lo que le llevó a presidir en Huelva la Asociación de Lucha contra el Cáncer.
En definitiva, una persona valiosísima que nos ha dejado y que merece todo nuestro reconocimiento.
El próximo año se cumplirá la décima edición de estos premios de Asociaciones y Fundaciones Andaluzas y será un buen momento para hacer balance de los mismos, celebrando, como se debe, un aniversario tan señalado.
Ahora toca, sin embargo, celebrar con los premiados su capacidad de esfuerzo, de entrega y la firmeza de sus valores que hacen que nuestra sociedad sea, a pesar de los pesares, cada día un poco más justa y mejor.