Ya hace años que estamos en lo que se ha venido a llamar Sociedad de la Información y resulta paradójico que en asuntos que son importantes, y el papel de las instituciones sin duda lo es, haya a menudo tanta desinformación.
He querido comenzar mis breves palabras con esta reflexión porque hoy, en la sede de Cajasol, se ha dado cita un nutrido grupo de personas, jóvenes en su mayoría, que son un ejemplo de la importante labor de las Diputaciones y de los organismos dependientes de ella, como es el caso de Prodetur.
Han estado aquí un buen puñado de profesionales que han desarrollado su tarea a lo largo de las seis ediciones que ya se han desarrollado del Programa de Promoción de Empleo para Servicios Avanzados a Empresas, una iniciativa que yo llamo de doble dirección.
De un lado, a lo largo de estos años, ha permitido a más de 500 jóvenes recién licenciados, tener un primer contacto con el mercado laboral, desarrollando los conocimientos adquiridos en nuestro sistema universitario, del que tenemos muchos motivos para estar orgullosos, aunque haya, naturalmente, cosas que mejorar.
Es decir, poniendo en práctica lo aprendido en la Universidad y a la vez puliendo sus habilidades que necesitan siempre el contacto con la realidad del mundo de las empresas.
Por tanto, esa es una primera dirección de esta iniciativa: aprovechar el enorme talento que atesora nuestra tierra y que sale cada año de las universidades andaluzas. Aprovechar el talento es la mejor forma de retenerlo y que resulte fecundo en beneficio del conjunto de la sociedad.
Y una segunda dirección se dirige hacia el mundo de un tejido empresarial, muchas veces de pequeña dimensión, que necesita apoyo, aliento y ayuda para hacer frente a mercados en continua evolución y a una competitividad cada día más exigente en un mercado cuya globalización le gustará más a unos que a otros, pero que desde luego es un fenómeno irreversible.
El aprovechamiento de los recursos endógenos nos impone necesariamente apostar por la innovación. Innovación en todos los órdenes: innovación en los procesos, innovación en las herramientas, innovación en la forma de comunicar y relacionarse con otras empresas, con los consumidores, en definitiva, con los mercados.
Este es un objetivo tan importante como arduo que exige tenacidad. Gracias a esa tenacidad, hoy se ha ido generando una auténtica masa crítica de especialistas en innovación en un abanico muy amplio de especialidades.
Se trata de una labor profundamente modernizadora, que tal vez pase desapercibida cuando se juzga la labor de las Diputaciones y a la vez se trata de una tarea que mejora el mercado laboral y estimula la actividad económica.
Creo que el programa Pr@xis es una demostración práctica, valga la redundancia, de que el objetivo tantas veces repetido de acercar la universidad a la empresa arroja resultados positivos cuando se lleva a cabo con inteligencia, en buena sintonía con el tejido productivo y con las corporaciones locales, y, como decía antes, dándole continuidad en el tiempo.
De esa continuidad sois vosotros buenos ejemplos. Y además estoy seguro de que esta cita va a permitir a muchos de vosotros reencontraros con caras conocidas.
Y, para terminar, hay que señalar que una buena y muy saludable muestra de innovación es haber traído como maestros de ceremonias a Los Compadres, que han innovado a su modo en su ámbito de creación y que han hecho de este encuentro un acto mucho más ameno y agradable.