
Esta tarde hemos celebrado en el Teatro Cajasol la entrega del Premio Iberoamericano Torre del Oro, que ya celebra su tercera edición. Un galardón que tenemos el honor de impulsar junto a la Cámara de Comercio de Sevilla para reconocer a las personas y entidades que se han destacado por contribuir a estrechar lazos políticos, comerciales, económicas y culturales entre los países iberoamericanos, unos territorios tan vinculados históricamente con Sevilla.
En esta edición rendimos homenaje a una figura más que reconocida en el ámbito internacional que ha tenido la oportunidad de trabajar por la paz, por la concordia y por el desarrollo de su tierra, de Colombia, y también del conjunto de los países hermanos de Latinoamérica. Mis felicitaciones para el expresidente Andrés Pastrana por esta distinción tan merecida y por su fértil trayectoria vital como político, diplomático, empresario, abogado y periodista. En esta tierra, nuestra tierra, estoy seguro que se sentirá como en la suya por las raíces comunes que nos unen.
Siempre es una gran satisfacción para la Fundación Cajasol ofrecer nuestro respaldo a toda iniciativa que busque tender puentes y promover el entendimiento y el diálogo entre territorios, una labor en la que nosotros nos enfocamos cada día en el ámbito principalmente andaluz.
En este momento crítico de la historia seguramente esta labor de enlazar esfuerzos es más necesaria que nunca en todos los niveles para hacer frente, con la participación de todos, a las grandes transformaciones que tenemos en marcha. Y mucho más, si estos caminos de cooperación que ayudamos a ensanchar se trazan entre pueblos culturalmente afines.
El espíritu de este premio, sin duda, responde a esta intención general que nos anima de acercamiento y búsqueda de alianzas. Unos espacios de encuentro que en el terreno del convenio que mantenemos con las cámaras de comercio iberoamericanas, lideradas por la de Sevilla, promueven preferentemente una cooperación empresarial, económica y comercial en favor del desarrollo de nuestros pueblos y de la internacionalización de nuestro tejido productivo.
Sin más, reitero mi felicitación a Andrés Pastrana por esta distinción y mi agradecimiento a la Cámara de Comercio de Sevilla por impulsar unos premios que con esta nueva edición se consolidan como un inmejorable mecanismo de apoyo entre culturas, países y continentes.