Esta propuesta, que forma parte y completa nuestro amplio calendario de actividades estivales en nuestra sede de Sevilla y en el resto de Andalucía, suma dos elementos singulares e igualmente atractivos que garantizan su éxito de público. Uno es más conocido y siempre apasionante: los detalles del descubrimiento, hace ya más de cien años, de la tumba de Tutankamon. Y el otro es el que aporta originalidad a esta muestra.
Me refiero al papel que jugó el Duque de Alba en los años 20 del pasado siglo a la hora de traer a España al arqueólogo inglés que descubrió la tumba del famoso faraón egipcio. Los detalles de esta amistad, de las dos conferencias que se organizaron en Madrid y de la pasión de la Casa de Alba por Egipto y su legado forman parte de los contenidos de esta exposición que permanecerá abierta al público hasta septiembre.
Pero tal vez lo más importante de esta muestra sea reconocer y dar a conocer el papel de mecenas cultural y de divulgador de la arqueología que desplegó durante toda su vida el Duque de Alba a través de las distintas instituciones en las que colaboró, como el Comité Hispano-Inglés. Una figura de refinada cultura cuya pasión por la historia o por la arqueología merece la pena descubrir.
Para nuestra entidad, también comprometida como saben en preservar y poner en valor nuestro patrimonio cultural y artístico, representa un gran honor acoger esta muestra en una ciudad históricamente tan ligada a la familia de los Alba.
Aprovecho estas líneas para invitar a todos los sevillanos y visitantes de la ciudad a que se acerquen a esta original muestra y a que disfruten también del resto de propuestas musicales y de ocio que la Fundación Cajasol ha preparado para refrescar el verano de nuestra tierra.