Pero yo, que como pueden imaginar no soy un especialista en este enorme desafío tecnológico que supone la implantación y desarrollo del 5 G, simplemente quisiera trasladarles una reflexión paralela a la importancia de esta cuestión.
Una reflexión que tiene que ver con el auténtico cambio de paradigma que podemos percibir en encuentros como este II Foro de El Español y que reflejan el enorme cambio que hemos experimentado en nuestro país en las últimas décadas. El nuevo paradigma al que me refiero es que, frente a lo que ocurría hace relativamente poco tiempo, pongamos de referencia cuando muchos cursábamos estudios universitarios en los años 80, ahora nuestro país está preparado para los nuevos cambios y, más allá de ello, adopta una actitud proactiva para incorporarse a los mismos. Es un cambio de una magnitud muy importante, seguramente el cambio al que aspirábamos muchos, en realidad el conjunto de la sociedad, cuando nuestro país accedió a la entonces CEE.
Frente a la actitud temerosa, casi de tinte aislacionista, que presidió buena parte de la España del siglo XX, ahora, con todas nuestras limitaciones, España es un país que pelea por estar en la cabeza de puente de todas estas transformaciones.
Con frecuencia, cuando hablamos de inteligencia artificial, de robotización el debate gira en el número de puestos de trabajo que se perderán, por resultar obsoletos. Con independencia de que, por supuesto abordemos todos los fenómenos vinculados a la revolución tecnológica, prefiero poner el foco en ese concepto que precisamente preside estas jornadas: el concepto de oportunidad.
Me podrán corregir ustedes, pero creo que las estimaciones de la Unión Europea con relación al empleo que generará el sector 5G en los próximos 7 años asciende a 2,3 millones de puestos de trabajo y una actividad económica adicional de 113.000 millones de euros.
Claro que, para participar de semejante mercado, todos nos tenemos que poner las pilas. Creo que España está en buenas condiciones de hacerlo, merced entre otros aspectos al importante liderazgo europeo en infraestructura de fibra óptica y a la importante aportación de la comunidad científica y de las empresas españolas en este acelerado proceso de innovación. Igualmente, creo que es también importante que España esté siendo percibida como un lugar atractivo para la implantación de sedes tecnológicas de importantes corporaciones.
Ahora bien, no se nos puede escapar que este desafío supera los límites de nuestro país y requiere que el conjunto de Europa afronte este reto sin repetir los errores que en la implantación del 4G le hicieron perder frente a EEUU o Japón el liderazgo mundial que había alcanzado en las conexiones 2G y 3G.
Bien, amigas y amigos, ahí están los retos con sus correspondientes dificultades, pero también un océano de oportunidades para nuestras empresas y para millones de personas.
Como les decía al principio, es un desafío de amplio espectro. Si durante años hemos dicho que las nuevas tecnologías han cambiado nuestra forma de comunicarnos y de relacionarnos, creo que avances como el que representa el 5G va a cambiar en buena medida nuestra forma de vivir. De amplio espectro y también de largo aliento: es necesario un esfuerzo sostenido, que aúne a las empresas, a los emprendedores y por supuesto al conjunto de Administraciones Públicas.
Para la Fundación Cajasol es un orgullo formar parte de este proceso y colaborar con iniciativas como los Foros de El Español para impulsar el avance de nuestra sociedad en su conjunto.