Cuando hace algunas semanas, todavía en el mes de agosto, tuve la oportunidad de suscribir junto a Francisco Herrero el convenio para que este Premio Torre del Oro viera finalmente la luz, lo hice con la convicción de que el vínculo que une a ambas orillas del Atlántico está, sin duda, cargado de pasado y cuenta con un presente cada vez más luminoso. Así es, pero en mi opinión lo más importante es el horizonte de futuro.
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